“DESAFIOS DE LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN LA CONSTRUCCION DE UN MUNDO MEJOR “.

La enseñanza de la historia tiene la responsabilidad de formar ciudadanos que sean capaces de comprender la historia del país y del mundo, como un conjunto de múltiples memorias y de especies humanas.
En la educación escolar incluida la enseñanza de la historia, el educador debe provocar situaciones para que todos aprendan en comunión; esta es una idea de Paulo Freire que tiene gran evidencia en el medio educacional.
Otro autor que también ha dado grandes aportaciones a la educación es Jean Piaget y una de ellas es la afirmación que dice que la relación de los niños con el mundo físico y social promueve su desarrollo cognoscitivo, afirmación que debe ser tomada en cuenta por el profesor para mejorar su práctica.
Otra aportación muy importante de este autor es que el conocimiento es construido con la experiencia, lo que se torna comprensible cuando se trata de la enseñanza de la moral. Es con la practica de las normas morales en la escuela y en el salón de clases donde el educando comprende y se apropia de conceptos como cooperación, respeto, tolerancia, etc.;si esto no lo aprende en la practica dentro de su grupo de compañeros quedaran solo como conceptos abstractos sin significado.
Vigotsky también coincide que el desarrollo es fruto de una gran influencia del individuo, pero cada uno comprende con significado particular esas vivencias.
Por eso la enseñanza es a partir de lo que ellos dominan para ampliar su conocimiento.
Las ideas de estos autores demuestran la función social que tiene la escuela y por consiguiente, el área de historia busca una mejor comprensión de la realidad social. Así, deja de ser una ciencia que se preocupa por el pasado, para ser una ciencia que se preocupa por las transformaciones ocurridas en la sociedad, en el transcurso del tiempo donde el hombre es participante y agente en la sociedad.
La enseñanza de la historia debe construir una relación entre el pasado y el presente, donde los alumnos reconozcan al pasado como un tiempo de transformaciones no como un hecho estático, donde los hombres mucho han hecho en la búsqueda de satisfacción de sus necesidades.
Visto el tiempo pasado como un proceso de constante cambio, la historia se torna un estudio donde a partir del presente se le hacen preguntas al pasado, dejando atrás la teoría positivista del siglo XlX donde el estudio de la historia se veía como una interpretación pasiva y contemplativa de la realidad.
Ahora el estudio del pasado en la historia debe ser comprendido como una manera de trabajar la comprensión del tiempo presente, no limitándose solamente a una descripción de hechos, ideas o actitudes heroicas.
Entendido el pasado como un proceso que tiene continuidad, no fragmentando, el proceso histórico resulta de las practicas sociales que se van desarrollando como respuesta a las necesidades, que se van presentando en todo el tiempo y cuando encuentra la satisfacción a esos desafíos, otras necesidades se presentan, creando así la continuidad. De esta manera los alumnos desarrollaran un pensamiento histórico de acuerdo a su momento, a su realidad y comprenderá que hay una interrelación entre el aspecto político, social, cultural, económico y religioso en las diferentes épocas.
Esta manera de trabajar la historia necesita de profesionales comprometidos con el proceso de transformación de la realidad, dispuestos a iniciar la renovación en el propio espacio de trabajo.